Las sanciones que impuso el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en contra del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lo convirtieron en uno de los cuatro mandatarios en el mundo señalados por incurrir en la comisión de presuntos delitos que afectaron sus respectivos países y regiones.
Antes de Maduro, el gobierno estadounidense tomó medidas económicas en contra de Robert Mugabe (Zimbabue), Bashar Al Assad (Siria) y Kim Jong-un (Corea del Norte), conformando un cuarteto en el que todos, al momento de ser señalados por Estados Unidos, compartieron características similares, como el ser calificados de dictadores, represores y de perseguir, torturar e incluso asesinar a dirigentes opositores.
Para acrecentar similitudes, en cada uno de los cuatro casos, Estados Unidos les impartió un mismo castigo: el congelamiento de sus bienes y propiedades que se encuentren en territorio norteamericano, así como la prohibición de transacciones financieras y comerciales.
En el caso de Mugabe, —sancionado en 2003 por el gobierno de George W. Bush— el Departamento del Tesoro dictaminó que su líder fomentó inestabilidad en el marco institucional y económico, según la resolución 13288.
Además, a lo largo de los años han acusado a Mugabe de fraudes electorales para mantenerse siempre en el poder, que ostenta desde 1987, acumulando 30 años al frente de Zimbabue.
Una tónica similar tuvo la administración de Barack Obama hacia Al Assad en mayo de 2011 en el marco de las protestas que sacudieron a Siria en plena Primavera Árabe, ante las cuales organizaciones de derechos humanos denunciaron represión desmedida de cuerpos de seguridad, así como detenciones en masa y el fallecimiento de más de 800 manifestantes.
Pero aquél no fue el único gobernante sancionado con Obama al frente de la Casa Blanca. En 2016, el Departamento del Tesoro hizo lo propio con Kim Jong-un, secretario general de Corea del Norte.
Pero aquél no fue el único gobernante sancionado con Obama al frente de la Casa Blanca. En 2016, el Departamento del Tesoro hizo lo propio con Kim Jong-un, secretario general de Corea del Norte.
En ese momento, Estados Unidos consideró que Jong-un contribuyó a que Corea del Norte se convirtiera en uno de los países más represivos del mundo. “Bajo Kim Jong-un, Corea del Norte sigue infligiendo una crueldad y sufrimiento intolerables a millones de personas de su propio pueblo, incluidos asesinatos extrajudiciales, trabajos forzados y tortura”, afirmó en un comunicado el entonces subsecretario del Tesoro en funciones para Inteligencia Financiera, Adam J. Szubin.
Maduro: paradigmas rotos en una acción sin precedentes
Al igual que Mugabe, Jong-un y Al Assad, Estados Unidos considera que Maduro es un dictador y que, en su caso, es responsable de la “ruptura del hilo constitucional”, que terminó de socavar tras las elecciones de la asamblea nacional constituyente (ANC), que en reiteradas oportunidades exhortaron a no llevar a cabo.
La sanción, que se produjo apenas horas después de que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y países como Canadá, Argentina, Brasil y Colombia, entre otros, desconocieran la ANC, transformó a Maduro en el primer presidente de Venezuela y Latinoamérica en recibir tal señalamiento por parte del Departamento de Estado.
Ni siquiera al fallecido Fidel Castro, que gobernó Cuba entre 1976 y 2008, acumulando décadas bajo un bloqueo económico estadounidense, le dictaron tal castigo.
El Departamento del Tesoro, fundado en 1789, apenas sancionó directamente a seis presidentes: además de Maduro, Al Assad, Mugabe, solo otros dos mandatarios —ya fallecidos— compartieron tal señalamiento: Sadam Husein (Iraq) y Muamar el Gadafi (Libia), ambos calificados de dictadores para la comunidad internacional.