El gobierno de Nicolás Maduro no salió bien librado en la 106 Conferencia Internacional del Trabajo que sesionó en Ginebra, Suiza, entre el 5 de junio y ayer, al no quedar incluido en la directiva del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo. “El gobierno dejó de ser miembro de esa instancia de la OIT”, informó Marcela Máspero, coordinadora nacional de la Unión Nacional de Trabajadores.
La dirigente de la Unete precisó que las autoridades del trabajo de Venezuela no contaron con el apoyo de los gobiernos de los países del Caribe para postularse nuevamente como integrante del Consejo de Administración de la OIT, cuya directiva, conformada por 52 representantes de los gobiernos, 26 de los trabajadores y otros 26 de los empleadores, fue electa el lunes.
“La salida del Consejo de Administración le quita al gobierno de Maduro la capacidad de maniobra para influir en las decisiones de la OIT”, destacó la dirigente obrera, quien acudió a la conferencia de Ginebra con el apoyo de la organización Alternativa Democrática Sindical de las Américas.
Indicó que el gobierno llevó 26 sindicalistas afectos dentro de la delegación oficial de Venezuela lo cual contrasta con la asistencia de solo dos dirigentes de las centrales obreras independientes: Marcela Máspero, de la Unete, y Maritza Chireno, secretaria general de la Central General de Trabajadores.
Máspero denunció que en lugar de cumplir con su función de asistir y participar en las reuniones de la conferencia sobre temas laborales concretos, los dirigentes del oficialismo se dedicaron a descalificarla y atacarla por sus señalamientos a la política del gobierno que ha destruido más de un millón de empleos por el cierre o las operación a medias de las empresas.
“No quedar en el Consejo de Administración es la segunda derrota del gobierno en la Conferencia que aprobó el informe de la Comisión de Normas de la OIT sobre el incumplimiento oficial del convenio 122 sobre política de empleo”, sostuvo la dirigente.
La Comisión instó al gobierno a instalar el diálogo social tripartito con el apoyo técnico de la OIT y la participación de las organizaciones independientes de empleadores y trabajadores más representativas para establecer una política de pleno empleo productivo y libremente elegido.