El presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines (SVIAA), Saúl Elías López, informó que en el actual contexto macroeconómico dónde constantemente se están generando cambios drásticos, “y en donde no se miden los impactos de estas decisiones o cambios de política económicas hay que analizar el sistema agroalimentario, siempre desde la visión de los consumidores hacia el comercio, de la agroindustria y finalmente de la producción primaria“.
López añadió que en el caso de la producción e importación del rubro maíz, “este proceso debe ser planificado y organizado, con base en políticas públicas claras. Cuando hay déficit de producción, debería permitirse que los industriales puedan importar el maíz, esto no implica que no apoyemos a los productores, respaldamos la producción nacional a todo evento, el negocio debe ser bueno para toda la cadena productiva. Los precios de los productos deben fijarse con base en la ley de la oferta y la demanda. En un mercado abierto, las importaciones deben ser hechas cuando sean necesarias sin afectar a la producción nacional y al momento de las negociaciones, la industria compre el de mejor relación costo- beneficio”.
“En el mercado venezolano -prosigue el ingeniero López- la distorsión en la economía impide que este tipo de procesos fluya. El estado debería colocar las reglas claras pero en la Venezuela de XXI no hay forma de que el éste sea un buen árbitro y propiciar que el mercado funcione. En Venezuela, transitamos por un escenario de supervivencia del más apto algún actor de la cadena productiva puede ser proclive a ganar menos”.
Sobre el contigentamiento
El presidente de la SVIAA estima que la política de contigentamiento que desarrolla la actual gestión gubernamental no favorece el desarrollo de las actividades productivas en el sector primario de la economía. “Contigentar es determinar o fijar la porción, monto o cupo permitidos, especialmente para productos, servicios o mercancías en venta y en este contexto país, no aplica. Las políticas de contigentamiento fueron aplicadas en a mediados de los años 80’s en el que ocurrió ´El milagro agrícola´pero basado en altos subsidios producto de la renta petrolera, ese modelo fue insostenible para ese contexto en el que Venezuela aún tenía ingresos importantes por concepto de petróleo. Hoy plantear esas políticas son aún más perniciosas, creemos que debe haber un ajuste al tipo de cambio real para que la moneda deje de estar sobrevaluada, lo que se traduce en un subsidio a las importaciones, y haya una economía abierta con planificación del comercio agrícola, pero sin se afecte a los consumidores. Creemos que sin un sistema de monitoreo no se pueden ejecutar políticas públicas en beneficio del sector primario de la economía”.
En otro orden de ideas, Saúl López informó que “estamos en contra de las medidas de colocar aranceles fijos a las importaciones en estos escenarios. Es necesario evaluar la oferta y la demanda y es preciso fomentar la producción nacional. Venezuela transita un proceso de recuperación donde nos encontramos con niveles de subnutrición y nutrición aguda en infantes de 1 a 5 años, y en un contexto de emergencia humanitaria compleja en el que estamos progresivamente saliendo. El colocar aranceles para las importaciones como por ejemplo el maíz, cuando la producción nacional de acuerdo a la estimación nuestra del monitoreo satelital de cultivo puede lograr cubrir nada más tres meses y medio o máximo cuatro meses de requerimiento del maíz. El blanco para la producción de harina de maíz precocida y amarillo para la de balanceada de alimentos para animales que se traduce en proteínas de aves y cerdo principalmente. Con un sistema de monitoreo, de planificación y de las importaciones se puede solventar este tema, sin que afecte el mermado poder adquisitivo de los venezolanos con un incremento en los precios“.
Finalmente, Saúl López informó que la SVIAA “está totalmente a disposición de colocar sistemas de monitoreo tanto de cultivo como de también de mercado para darle está información al Estado y se tomen las correctas decisiones en materia de políticas públicas agroalimentarias“.
Fuente: El Universal