La Corte Suprema de Estados Unidos negó a última hora del martes 8 de diciembre un recurso in extremis de los abogados del presidente Donald Trump para anular los resultados de las elecciones en Pensilvania, un golpe a los continuos esfuerzos del presidente para protestar por su derrota ante el demócrata Joe Biden.
La breve orden de la corte no proporcionó ningún razonamiento, ni tomó nota de ningún voto disidente. Fue la primera petición de retrasar o anular los resultados de las elecciones presidenciales que llegó al máximo tribunal estadounidense, y parece que la Jueza Amy Coney Barrett, la última nominada de Trump, tomó parte en el caso.
La demanda fue parte de una cincuentena de litigios e intervenciones personales que Trump y sus abogados han emprendido para anular las victorias de Biden en un puñado de estados clave.
El martes por la tarde, justo antes de que la orden de la corte fuera liberada, Trump una vez más se jactó de que había derrotado a Biden, y pidió ayuda.
El estado de Texas introdujo una demanda ante la suprema corte contra las autoridades de varios estados por haber presuntamente cambiado las reglas electorales de forma inconstitucional. Sin embargo, el tribunal parece que no es proclive a impedir las certificaciones de resultados, lo que conspira claramente contra las aspiraciones de Trump.
Fuente: Banca y Negocios