José Galarraga, gerente general de Cinex, ve probable que para el mes de diciembre sean incluidas las salas de cine convencionales a la flexibilización en el contexto del modelo 7+7 para enfrentar la expansión del covid-19.
Los protocolos de Cinex han sido presentado a los entes competentes y una de las modificaciones en las salas de cine es el establecimiento de un aforo del 30%, 40% o 50%.
“Estamos acondicionando y apenas nos den la luz verde comenzamos a trabajar porque lo necesitan los venezolanos (…) garantizaremos butaca de por medio entre persona”, dijo el ejecutivo en entrevista con Fedecámaras Radio.
Asimismo, en las instalaciones habrá un control de temperatura antes de ingresar a la sala, aplicación de gel antibacterial y el uso de tapabocas será imprescindible para acceder al cine.
Galarraga indicó que para la compra de caramelería se aplicará el protocolo de distanciamiento social. “En materia de impuestos el cine puede generar tanto o más que la televisión por suscripción y con la reactivación va a fortalecer a los empleados”.
En cuanto al horario, la programación será de tal manera que no coincidan funciones comerciales para no tener aglomeraciones de personas.
La reactivación será de forma progresiva y los multicines de centros comerciales, que concentran casi 100% de la exhibición cinematográfica, comenzarán con 3 o 4 salas operativas de 7 disponibles.
En este sentido, el gerente general de Cinex, destacó que hasta el momento están planificando cuáles cines abrirán en Caracas y en toda Venezuela.
Lo cierto es que este sector ya venía sumamente golpeado por la crisis económica.
La industria de la exhibición cinematográfica a escala internacional atraviesa un momento complejo no solo a causa del parón originado por el coronavirus, sino por la transición tecnológica que representa el streaming y otros sistemas digitales de difusión de películas.
Al igual que en la década de los años 50 del siglo pasado, el cine ha recurrido a la espectacularidad para defender sus espacios, pero el creciente mercado del entretenimiento doméstico digital, que incluso está sirviendo de plataforma para que grandes productoras estrenen sus películas, está amenazando al viejo hábito de ir al cine.
Los autocines, una reminiscencia de los años 50 y 60 del siglo pasado, han surgido como alternativa para el mercado de exhibición, pero en Venezuela el resultado ha sido limitado por los altos precios y la intermitencia de las operaciones.
Fuente: Banca y Negocios