Una instalación petrolera flotante venezolana que se había inclinado en las últimas semanas no muestra signos de hundirse, pero los planes para transferir crudo desde el buque plantean algunos riesgos, dijo el ministro de Energía de Trinidad y Tobago.
Un equipo de expertos de Trinidad inspeccionó la instalación Nabarima el martes y encontró que “no había absolutamente ninguna inclinación” y que la embarcación estaba “totalmente horizontal”, dijo a la prensa el ministro de Energía, Franklyn Khan.
“No hay riesgo inminente de vuelco o hundimiento”, señaló Khan quien agregó que el equipo había pasado más de tres horas recorriendo el barco y había pedido a las autoridades venezolanas que lo visitaran nuevamente en un mes.
El Nabarima es parte de la empresa conjunta Petrosucre, entre PDVSA y la italiana Eni SpA. Petrosucre ha estado inactiva desde que Estados Unidos sancionó a la petrolera venezolana a principios de 2019.
Pero la instalación todavía está cargada con 1,3 millones de barriles de crudo Corocoro, y las imágenes de los últimos meses del buque inclinado han alarmado a los ambientalistas. El Nabarima está anclado en el Golfo de Paria entre el este de Venezuela y Trinidad.
PDVSA, que no respondió a una solicitud de comentarios, planea descargar parte del crudo al Icaro, un petrolero tamaño Aframax, que tiene programado entregar unos 550.000 barriles de crudo Corocoro en el puerto de Amuay, en el oeste de Venezuela, según un documento interno de la empresa visto por Reuters.
Contempla hacer esto mediante la transferencia de unos 10.000 barriles de crudo por día desde el Nabarima a la barcaza Inmaculada, que luego llevaría el crudo al Icaro, dijo una persona familiarizada con el asunto, lo que significa que el proceso tomaría semanas.
Khan estimó que el proceso tardaría entre 30 y 35 días.
“Los venezolanos están haciendo lo correcto al intentar descargar el barco”, dijo Khan. “El período extendido para la descarga en sí mismo representa un riesgo leve, aunque la operación se considera segura”.
Fuente: Reuters