El ingreso real per cápita ha caído un 28% en los últimos cuatro años, estima la firma Torino Capital.
Explican en su informe semanal que existen dos escenarios para esta evidencia: primero, el compendio de políticas económicas “equivocadas” adoptadas desde 1999, “nacionalizaciones, falta de protección de los derechos de propiedad, proteccionismo, regulación excesiva y obstáculos a la existencia de un sistema de precios funcional”.
En segundo lugar, “asociada a la opinión del Gobierno”, la posición de una Venezuela que “está sufriendo de un choque externo masivo que habría obligado a este o a cualquier Gobierno a recortar las importaciones para asegurar la sostenibilidad externa”.
Agregado a estas explicaciones macroeconómicas, asume Torino que la realidad actual se debe también “al nivel muy pequeño de ahorro en activos líquidos durante el período del boom petrolero”.
De hecho, exponen que de seguir el Gobierno la versión original de una ley de 1998 que le obligaba a ahorrar una fracción de los ingresos petroleros, a partir de 2013 la economía tendría disponible $228 millardos para hacer frente a la caída de los ingresos petroleros. Estiman que a lo largo de 2015 y 2016, el Estado podría haber aprovechado un promedio de 47.000 millones de dólares al año. Incluso, comenzaría en 2017 con un total de $111.000 millones en su fondo de estabilización macroeconómica.
Por otro lado, Torino Capital reseña que las políticas desde 1998 han sido “claramente insatisfactorias” en su manera de aprovechar la capacidad del país para producir crudo. En su argumento, precisan que Venezuela, a pesar de ser el país con las mayores reservas, es también el principal productor con la segunda tasa de crecimiento más baja de la producción desde 1999.
“La producción de petróleo de Venezuela es actualmente un 29% de lo que fue en 1999, mientras que el promedio sobre los países de la OPEP ha crecido en un 21% (…) Si la producción local hubiera crecido a la media de la OPEP, las exportaciones de crudo serían de $43.800 millones, en lugar de los $29.400 millones que estimamos para 2017”, detallan.
Para los especialistas, el país habría tenido ahorros mayores, junto a otros mayores ingresos por exportación, que además se traducirían en una capacidad significativamente mayor de importación.
“No sólo habría podido utilizar sus mayores ingresos y ahorros de exportación para suavizar la disminución de los ingresos por exportación, sino que la única existencia de esos ahorros le habría permitido tener un mejor acceso a los mercados de crédito internacionales”, comentan, y evitar una contracción de las importaciones de la magnitud experimentada en los últimos 4 años.
Ante el cuestionamiento de si los datos apoyan la idea de que la economía es menos eficiente para convertir importaciones en bienestar, los economistas explican que una medida para aclararlo es la relación entre las propias importaciones y el PIB, medida en una moneda común. Colocan que la economía venezolana desde 1950 muestra una proporción que se ha mantenido “esencialmente” sin cambios durante las últimas siete décadas, con una conversión promedio de un dólar de importaciones en seis dólares del PIB.
Refieren que la relación promedio en el período anterior al expresidente Hugo Chávez (5,9) es “ligeramente” inferior a la registrada en el período posterior a 1998 (6,0). Destacan que es posible observar una baja durante los años de administración del presidente Nicolás Maduro, reflejado principalmente en cierta disminución en la eficiencia del sistema de precios para asignar recursos.
“No hay evidencia a primera vista de que la economía se ha vuelto menos eficiente para convertir las importaciones en producción. De hecho, ahorró menos de lo que debería, y produce menos de lo que tendría con diferentes políticas. Pero parece ser tan ineficiente como lo ha sido siempre”, expresa Torino.