Las empresas venezolanas deben reorientarse para servir de bastión del comercio internacional y, de esta forma, generar las divisas que el petróleo alguna vez generó y que, en adelante, no podrá producir en la cuantía que el país requiere. Así lo afirmó Juan Pablo Olalquiaga, vicepresidente de la Asociación de Industriales Latinoamericanos – AILA-, quien destacó que Venezuela se enfrenta a un retroceso «gigantesco» en su actividad productiva.
«Tenemos un retroceso de 80 años no solo en términos de capacidad de producción privada, sino de producción petrolera», destacó Olalquiaga este lunes durante una entrevista para RCR, y resaltó que las cifras de analistas sobre el ámbito energético indican que Venezuela tiene entre cero y dos taladros activos y va hacia una producción en julio entre 200 y 300 mil barriles diarios, equivalente a lo que era en 1918.
Ante esto, aseguró que esa regresión implica que la histórica dependencia del petróleo para sostener la economía venezolana «prácticamente se acabó».
En ese sentido, el también expresidente de Conindustria subrayó las tres macrotendencias a las que las empresas deben adaptarse y que, en el caso venezolano, se suman a la crisis económica y a la destrucción del aparato productivo: el cambio climático, la descarbonización, la digitalización.
«Los empresarios deben tomar esas macrotendencias para ver cómo van a sobrevivir en el futuro», enfatizó.
Afirmó que esa adaptación conlleva a una investigación para saber «en qué soy bueno y qué puedo exportar», e indicó que ese proceso puede hacerse de la mano con Universidades que actualmente están dispuestas a generar innovación.
Asimismo, resaltó la necesidad de ir capacitando al personal para que vaya adaptándose a lo que viene. «Las empresas que piensan adaptarse al país de 1998, van a encontrarse con que tienen que recontruirse de una forma muy distinta a como era en el pasado», afirmó, y agregó que en ese sentido los empresarios tienen un rol importante en cuanto a planificación de políticas públicas y desarrollo de procesos.
Fuente: Banca y Negocios