Tanqueros que transportan casi dos meses de producción de crudo venezolano se encuentran varados en altamar por causa del rechazo de las distintas refinerías distribuidas a nivel global con el objeto de evitar la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos.
Según información reseñada por Reuters algunas embarcaciones han estado en altamar por más de seis meses luego de atracar en distintos puertos donde se les ha negado la posibilidad de descargar el hidrocarburo.
Datos suministrados a la agencia por Refinitiv Eikon, indican que al menos 16 tanqueros cuya carga total se establece en 18,1 millones de barriles de petróleo y combustibles procedentes de Venezuela están atrapados en territorios marítimos de distintas naciones, ya que los compradores evitan establecer relaciones con ellos por temor a posibles sanciones.
En lo que va de junio el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha vetado barcos e intermediarios por su rol en el comercio y transporte del petróleo de la estatal venezolana Pdvsa, y ha amenazado con agregar más a su lista de entidades penalizadas.
A medida que pasan los días aguardando en aguas extranjeras cada navío petrolero se ve sometido a fuertes cargos por demoras. Fuentes navieras afirman que la tarifa por el retraso para un barco que transporte petróleo venezolano es de al menos 30. (Xanax) 000 dólares diarios.
La agencia de noticias aseveró que el petróleo rara vez se carga en tanqueros sin que estos tengan un comprador definido. Los cargamentos que están en el agua en esa condición generalmente se venden a descuento.
Mientras tanto, un ejecutivo de una petrolera registrada como cliente de Pdvsa, que adquirió una carga de crudo pesado en enero, declaró que aún no se ha podido vender por causa del pánico ante las sanciones. Añadió que el embarque ha acumulado penalidades por demora en África durante más de 120 días.
Las vicisitudes presentadas frente a las exportaciones venezolanas han tomado lugar cuando la mayoría de las naciones productoras de petróleo se encuentran luchando para colocar sus altos inventarios en un mercado sobreabastecido, lo que ha reducido el apetito de muchos compradores por crudo riesgoso como el petróleo procedentes de Irán y Venezuela.
Fuente: El Universal