Banca y Finanzas.- En la red de tiendas estatales de Venezuela y en el programa de alimentos subsidiados del gobierno de Nicolás Maduro, la mayoría de los productos que venden son de origen turco, chino o mexicano, gracias a las compras externas que se han concretado este año aún bajo las sanciones de Estados Unidos.
Las recientes cifras divulgadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) muestran que las importaciones del sector público no petroleras, que incluyen alimentos, alcanzaron los 955 millones de dólares en el primer trimestre de 2019, un aumento de 16,5% respecto al mismo lapso del año pasado.
Productos como pasta, harina de trigo, atún, frijoles, aceite, azúcar, cereales y hasta hortalizas llegaron al país por gestiones de entes públicos desde Turquía, México, China entre otros países, de acuerdo con los registros portuarios de Import Genius.
Ese incremento de las compras públicas no implicó una recuperación, al contrario la economía cayó 26,8% en el primer trimestre.
Fue así que este año el gobierno optó por financiar parte de las compras externas de bienes con otras fuentes de fondos, que se evidencian en el salto de las exportaciones no petroleras.
Esas ventas ascendieron a una cifra récord de 2.330 millones de dólares en el primer trimestre de 2019, 155% más que en el mismo lapso de 2018, según los datos del emisor.
En ese comportamiento incidieron las operaciones con barras de oro. Este año 26 toneladas del metal salieron de las bóvedas del BCV, según datos de ese organismo.
A diferencia de Maduro, las compañías privadas en Venezuela no lograron mantener sus compras en el extranjero. Los datos oficiales muestran que las importaciones privadas sumaron 498 millones de dólares, 25% menos respecto a igual período de 2018.
Por la menor materia prima importada, las fallas en los servicios y la caída de la demanda, las empresas han reducido su producción y parte de la mercancía que tienen la deben exportar para intentar sobrevivir en una economía colapsada.