El nuevo director general de la FAO, el chino Qu Dongyu, prometió tres herramientas clave para luchar contra el hambre: digitalización del sector agrícola, cooperación sur-sur y apertura al sector privado, temas con los que quiere catapultarse como el gran aliado de América Latina.
La gestión por primera vez de una importante agencia de Naciones Unidas con una visión oriental de la tierra, las aguas y los alimentos representa toda una incógnita.
«No está claro cómo va a cambiar la FAO. Es demasiado temprano para saber si lo que propone es una agricultura industrializada o no», reconoció a la AFP una de las dirigentes de la agencia, que como todos están a la espera de los programas que implementará el hasta ahora viceministro chino de Agricultura.
Dongyu obtuvo 108 votos de 191 países en la primera vuelta de las votaciones celebrada el sábado durante la 41ª Conferencia de la FAO, algo poco común en los 74 años de fundada la agencia especializada en agricultura y alimentación.
«Obtuvo un apoyo apabullante», reconoció por su parte Mónica Fonseca, representante de Colombia ante la FAO y uno de los 12 países que votó por el gran perdedor, el georgiano Davit Kirvalidze.
Si bien el voto es secreto, es evidente que algunos países de América Latina votaron a favor del dirigente chino, entre ellos Brasil, Venezuela, Nicaragua y Perú.
China es un potente motor para la economía latinoamericana, como el principal socio comercial de Brasil y Chile y su volumen de negocios con los países latinoamericanos supera los 300.000 millones de dólares anuales, según datos publicados en enero por la Administración General de Aduanas (AGA) de China.
China se consolidó en la primera década del siglo XXI como el socio más poderoso de la región, según un informe publicado en octubre del 2018 por (CEPAL) y en los últimos 15 años su participación en el comercio de América Latina pasó de 1% a 11%.
«En su intervención prometió implementar la tecnología, apuntalar sobre ese tema es muy importante para nosotros», explicó la colombiana Fonseca.
– Asociarse al sector privado –
Dongyu propuso durante su discurso el sábado asociarse más con el sector privado para así atraer medios financieros y desarrollar los sectores agroalimentarios, en especial de los países en desarrollo.
«Los seres humanos no podemos sobrevivir sin vitaminas, ¡ni puede una organización hacerlo sin vitamina M, M de money [dinero]!», exclamó durante su discurso de presentación, lo que suscitó sentimientos encontrados.
«Voy a reforzar la coordinación con el sector privado», reiteró tras mencionar como ejemplos a la compañía Bayer, que compró a Monsanto, líder en venta de semillas transgénicas.
«La apertura a los privados inició con el director saliente, el brasileño Graziano da Silva. Pero aún no sabemos cómo será la nueva relación con el sector privado», subrayó una fuente interna.
La erradicación del hambre es de todos modos la mayor prioridad para el dirigente chino.
El tema fue debatido este martes en una panel especial para América Latina y el Caribe en la sede de la FAO con la participación de Graziano da Silva, Guadalupe Valdez, embajadora Especial de la FAO para el programa Hambre Cero en la región y Víctor Manuel Villalobos, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
La región fue un ejemplo para el mundo por haber reducido en 15 años a la mitad el número de personas que padecen hambre.
«Pero en los últimos siete años hemos perdido el impulso. En los últimos tres años se incrementó otra vez el hambre según las cifras oficiales», lamentó Julio Berdegué, director general adjunto y representante de la FAO en América Latina.
La desnutrición afecta actualmente al seis por ciento de la población, el 10% sufre de pobreza extrema y uno de cada dos habitantes en América Latina padece sobrepeso y obesidad.