En una carta fechada el 22 de mayo de 1930, el general Juan Vicente Gómez, dictador de Venezuela desde 1908, instruyó al presidente encargado de la República, Juan Bautista Pérez -a quien se le llamaba a sotto voce, por supuesto, Juan «el bobo»- que destinara una partida para pagar el saldo completo de la deuda externa de la República que, en aquel momento, ascendía a 210 millones de bolívares.
Ese pasivo, adquirido desde los tiempos de los gobiernos del general Antonio Guzmán Blanco y que había originado que, en 1903, las potencias europeas bloquearan los puertos venezolanos para demandar pagos pendientes, fue cancelado en su totalidad como un homenaje a El Libertador para conmemorar el centenario de su fallecimiento, pues Gómez también era bolivariano.
En la actualidad, ni siquiera el saldo real de la deuda está claro.
Una investigación de la Sub Comisión de Crédito y Deuda Pública de la Asamblea Nacional logró determinar la existencia de pasivos por alrededor de 133.000 millones de dólares, que podrían llegar a más de 140.000 millones si se contabiliza la denominada deuda comercial, que incluye los pasivos por expropiaciones, dólares autorizados y no liquidados, pagos pendientes a proveedores y otros conceptos.
El trabajo fue realizado junto con el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) y la firma de consultoría financiera Ecoanalítica.
La economista y secretaria de la entidad parlamentaria, Adriana Martella, señaló que a mayo de 2019, Venezuela tiene en default 11.170 millones de dólares, que se sepa. La República tiene vencidos 5.000 millones de dólares en capital y 2.000 millones en intereses, mientras que Pdvsa tiene solo por concepto de intereses 3.500 millones de dólares vencidos.
Con China, Venezuela ha acumulado pasivos por una suma que se estima en 54.000 millones de dólares en un lapso de ocho años, culminados en 2018, de los cuales debe 19.200 millones.
«Esta es una demostración de que la estrategia es de default selectivo. A China si se le paga puntualmente», dijo la economista Adriana Martella a Fedecámaras Radio.
Con Rusia existe un pasivo pendiente de 3.000 millones de dólares, básicamente por suministro de armamento y equipos militares. Además, hay que contabilizar una deuda de 5.000 millones con organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
– La reestructuración es urgente –
La secretaria de la Sub Comisión de Crédito y Deuda Pública de la AN, Adriana Martella, dijo en el programa de Cedice, transmitido por la emisora digital de Fedecámaras, que es urgente entrar en un proceso de reestructuración de la deuda, y ya la administración del presidente del parlamento y mandatario encargado reconocido por más de 50 países, Juan Guaidó, ha dado pasos concretos en ese sentido, y existe una estrategia en proceso.
«Tenemos vencimientos en 2021 y 2035, que significan una presión, pero con el cese de la usurpación ese proceso se adelantará».
Existe el debate sobre la legalidad de las deudas con China y Rusia, porque no consta que hayan pasado los controles legales, pero es una cuestión que no se puede determinar ahora.
«En la opinión de Adriana Martella, no podemos resolver esta situación sin un «haircut» -un descuento sobre el valor de la deuda pactado con los acreedores-, pero no sabemos si se será parecido al realizado a la deuda argentina, que muchos dicen fue muy alto. En el caso de la deuda de la República existe la ventaja de contar con una Cláusula de Acción Colectiva, que nos permite reestructurar sin el acuerdo de la totalidad de los acreedores. Los bonos de Pdvsa no tienen esta cláusula», explica la funcionaria parlamentaria.
«Cada venezolano debe alrededor de 5.000 dólares», dice Martella.
El costo del refinanciamiento no será bajo, porque el otro elemento es que la deuda se adquirió a costos de 10% y 12% en dólares, debido a que el perfil de riesgo de Venezuela en tiempos de revolución siempre fue comprometido.
– Lo que dice el BCV –
Pero, lo cierto es que las cifras oficiales existen. Fueron publicadas sorpresivamente por el Banco Central de Venezuela en mayo pasado aún no se sabe bien por qué razón, después de cuatro años de «silencio estadístico».
A valores de mercado, la deuda externa total de la República ascendió a 111.114 millones de dólares al cuarto trimestre de 2018, de los cuales la mayor parte estaba representada en préstamos -36.253 millones de dólares-, porque los mercados financieros internacionales ya estaban prácticamente cerrados para Venezuela antes de que hubiera sanciones estadounidenses. ¿La razón? Las primas de riesgo que la República debía pagar eran exorbitantes.
En valores nominales, la deuda externa se elevó a 151.209 millones de dólares, al cuarto trimestre de 2018, como resultado del mayor peso nominal de los bonos y pagarés, de manera que en estos instrumentos había pasivos por 51.717 millones de dólares, los cuales a precios de mercado se valoraban en 11.654 millones, una desvalorización de 77,46%.
En los 19 años corridos entre el cuarto trimestre de 1999 y el mismo período de 2018, la deuda externa reconocida por el BCV aumentó 200,17% a precios de mercado, a partir de un saldo de 37.016, al cierre del primer año de gobierno del ex presidente Hugo Chávez.
A valores nominales, los pasivos externos subieron 270,43% en el mismo período.
Ahora será muy difícil que un presidente o presidenta imite la resolución del general Juan Vicente Gómez, pues la deuda actual es simplemente impagable.