El socialista Pedro Sánchez se anuncia como el ganador de las legislativas de este domingo en España, aunque sin mayoría para gobernar en solitario, y la extrema derecha irrumpe con un nutrido grupo parlamentario, según resultados parciales de unos comicios polarizados y con una participación masiva.
Con el 50% de las papeletas escrutado, el PSOE de Sánchez obtendría 126 de los 350 escaños de la cámara baja.
Junto con la izquierda radical de Podemos (35) y otras formaciones afines llegaría a 169 escaños, insuficientes para tener la mayoría en la cámara baja, que se sitúa en 176 asientos.
Sí que sumaría en cambio el PSOE con los liberales de Ciudadanos (55 escaños, 181 en total), una opción difícil visto la dura campaña de los liberales en su contra, aunque no descartada por el presidente del gobierno socialista saliente.
El partido de extrema derecha Vox, la gran sorpresa de estos comicios, entraría en el Congreso de los Diputados con 23 asientos, no tanto como esperaba.
No llegaría a la mayoría absoluta con Ciudadanos y con el conservador Partido Popular, que por su lado se asoma a un resultado catastrófico, con 66 escaños de momento, la mitad que en la legislatura anterior.
La participación fue alta y rondó el 75%, a falta de datos definitivos.
Los partidos se mostraban de momento muy cautelosos, a medida que se esperan resultados más completos que aún podrían modificar este panorama.
De no haber mayoría ni entre los partidos nacionales de izquierda ni entre los de derechas, la llave la tendrían los partidos nacionalistas catalanes y vascos.
«Después de una campaña muy dura es un alivio, pero ganar no es gobernar», apuntaba Esther López, una contable de 51 años que se encontraba este domingo noche en la sede nacional del PSOE en Madrid.
«No está claro que pueda gobernar Sánchez, pero sobre todo espero que no pacte con Ciudadanos, quiero un gobierno de izquierdas», añadió esta mujer que milita en el PSOE desde hace 33 años.
En unos comicios que se han presentado como una pelea entre el bloque de izquierda y el de derecha, la posibilidad intermedia de pactar con Albert Rivera, líder de Ciudadanos, le evitaría a Sánchez tener que apoyarse en los partidos separatistas catalanes.
Estos han pedido a cambio algo a lo que el socialista se opone firmemente: un referéndum de autodeterminación. Sin embargo, Sánchez y Rivera han tenido una relación muy áspera en los últimos meses, que habría que reconstruir por completo.
– Sánchez pide mayoría estable –
Sánchez, jefe de un gobierno minoritario desde junio, pidió este domingo después de votar «una mayoría parlamentaria lo suficientemente amplia que permita cuatro años de estabilidad», después de «muchos años de inestabilidad».
Se enfrentaba a los tres partidos que a comienzos de año le arrebataron la región de Andalucía, feudo histórico del socialismo hasta hace poco: Ciudadanos, PP y Vox.
El líder de la oposición conservadora, Pablo Casado, del PP, dijo por su lado que estaba abierto a gobernar con Ciudadanos y Vox. De momento, la formación de extrema derecha se mantenía lejos de las perspectivas más optimistas, después de haber llenado sin embargo auditorios en mítines por toda España. (gamepur.com)
«Yo esperaba que Vox tuviera muchos más votos», dijo a AFP en Madrid María Bonilla Ortega, una estudiante de Filosofía de 22 años, con la bandera de España a modo de capa.
Durante la campaña, Sánchez había llamado a la movilización de su electorado ante el «peligro» de una alianza conservadora que incluyera a Vox.
Sánchez «me parece una opción moderada. No lo ha hecho demasiado mal estos últimos meses», dijo en un colegio de Madrid Carlos González, jubilado de la construcción.
– La cuestión catalana –
Durante la campaña, buena parte del debate político giró en torno al conflicto político catalán.
En junio, Sánchez se apoyó en los partidos catalanes para hacer prosperar la moción de censura con la que expulsó del gobierno al conservador Mariano Rajoy.
La maniobra le valió acusaciones por parte de PP y Ciudadanos de ser «un traidor» y «un peligro público», y dio alas a la ultraderecha.
El presidente del gobierno saliente replica que fueron los separatistas y la derecha quienes tumbaron en febrero su Presupuesto 2019 y forzaron este adelanto electoral, las terceras elecciones legislativas en apenas tres años y medio.