Si ya era difícil que un comercio permaneciera abierto en Venezuela, a partir del 20 de agosto –cuando comenzó el plan de recuperación económica anunciado por el presidente Nicolás Maduro– se ha hecho más cuesta arriba. Las medidas aplicadas por el gobierno como el incremento salarial de 5.900%, que pasó de 30 a 1.800 bolívares soberanos, y del IVA de 12% a 16%, han hecho que para los empresarios sea cada vez más arduo seguir trabajando.
En muchas zonas de Caracas el color que predomina es el gris. Abundan los establecimientos con las santamarías abajo y en las que se leen anuncios que dicen: “Se vende” o “Vacaciones”. El bullicio que le daba vida a varias calles caraqueñas se ha silenciado. Los consumidores, abatidos, ya no tienen qué hacer.
Marjorie Hernández salía de una farmacia en la avenida Urdaneta, al frente de la plaza España, uno de los pocos establecimientos abiertos. “Hay cosas que uno necesita y que no puedes comprar porque las tiendas están cerradas. Desde el sábado pasado he buscado una caja de plástico para que mi hijo meta los útiles escolares, pero no la consigo porque todo está cerrado. Es una tristeza”, expresó.
En esa cuadra 8 de 11 comercios tenían las santamarías abajo, entre ellos una zapatería y una mantelería. Al cruzar la calle en dirección a la avenida Fuerzas Armadas hay una tienda de ropa abierta entre una ferretería y una lonchería cerradas. “Hay comerciantes que no pueden pagar los 1.800 bolívares como es el caso de los que tienen 4 o 5 empleados. Otros tienen temor de que más adelante el gobierno les quite el negocio”, dijo la trabajadora.
María Carolina Uzcátegui, presidente de Consecomercio, afirmó que debido a la caída de las ventas los comerciantes no pueden cubrir los incrementos salariales y los nuevos impuestos. Además, muchos no tienen claridad sobre cómo funcionará el subsidio por 90 días que prometió el gobierno ni en qué términos los otorgan. “No tenemos claridad si esto es un préstamo, una dádiva o si nos tocará pagar en algún momento ese dinero y en qué condiciones”.
En la plaza Bolívar del centro de Caracas se repite el paisaje de comercios cerrados. “Ahora la lucha es muchísimo más fuerte. Hay que esforzarse muy pero muy duro para subsistir”, consideró la encargada de una tienda de ropa que está ubicada en la avenida sureste Catedral, donde 5 de 14 comercios estaban cerrados, entre ellos una zapatería. “Nos perjudica que haya negocios cerrados. Mientras más comercios abran hay más afluencia de clientes”, añadió la encargada.
Una de las calles más emblemáticas no es la excepción. Solo en una cuadra de La Marrón 12 de 30 establecimientos cerrados ayer.
“Muchos comerciantes se fueron después de que la Sundde los llevó a la quiebra. Cada vez más negocios dejan de operar porque los dueños no quieren perder la inversión que hicieron”, señaló el encargado de una tienda de ropa.
Izcátegui indicó que una de las razones por las cuales muchos comerciantes decidieron no abrir, temporal o definitivamente, es el acoso del gobierno a través de la Sundde. Recordó que las inspecciones han traído como consecuencia la detención de gerentes y propietarios de negocios en todo el país. “Muchos se sienten temerosos de seguir trabajando en estas condiciones”.
En la cuadra de La Marrón había poca afluencia de personas. “Esto parece un domingo”, expresó el trabajador de la tienda de ropas. Antes era tanta la gente que había seis vendedoras y dos vigilantes. Ahora solo tienen dos empleados y nadie que custodie el negocio.
Incertidumbre. No solo las calles en el oeste de Caracas están llenándose de comercios cerrados, también en el este. En la avenida Uslar Pietri de Chacao había 24 comercios cerrados de 65. “Vamos para peor. Nada más hay que pasear por todos estos negocios para verlo. Nadie sabe en realidad qué es lo que va a pasar”, dijo el encargado de una venta de componentes electrónicos.
“No hay divisas para comprar material”, afirmó el trabajador de una ferretería situada un poco más abajo en la avenida.
Uzcátegui refirió que otra de las causas es la reposición del inventario. Agregó que apenas el viernes el gobierno anunció cómo se regirá el nuevo sistema cambiario, que no desmonta realmente el control oficial sobre las divisas. “Al no permitir una verdadera libertad no se genera la confianza que debería para que los empresarios e inversionistas puedan decidir si este será el nuevo mecanismo a través del cual vamos a hacer la reposición”.
Añadió que en condiciones en las que prácticamente no vende nada, no se sabe cómo reponer el inventario ni cómo mantener al personal y el gobierno acosa y persigue constantemente, son muchos los comerciantes que han tomado la decisión de no abrir y otros seguir apostando con cautela y prudencia.
“Todos los venezolanos sentimos que no hay suficiente transparencia en las medidas del gobierno sobre los nuevos anuncios. Las que hasta ahora sí conocemos ampliamente no contribuyen con la recuperación del país, sino todo lo contrario”, aseveró.
Más fiscalizaciones
El vicepresidente de Desarrollo del Socialismo Social y Territorial, Aristóbulo Istúriz, encabezó una reunión ministerial con el objetivo de planificar la agenda para el “despliegue” del Movimiento Somos Venezuela, que supervisará entre el 13 y el 15 de septiembre todos los comercios del país “para que se cumplan y respeten los precios acordados y el abastecimiento”.
El viernes pasado el presidente Nicolás Maduro vaticinó que “2018 será el año de la revolución económica” y para ello su movimiento deberá desplegarse por todo el territorio, por lo que el número de brigadistas será ampliado a 350.000.