La postulación y designación de Ricardo Sanguino como nuevo presidente del Banco Central de Venezuela no tendrá que ser ratificada por la Asamblea Nacional porque la reforma de la Ley del BCV, aprobada vía habilitante en diciembre de 2015, le da la potestad al Ejecutivo para hacer el nombramiento sin necesitar el visto bueno del Legislativo.
Antes de la reforma, el artículo 9 de la ley establecía que el titular del BCV era designado por el presidente de la República y debía ser “ratificado por el voto de la mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional”, pero la participación del Parlamento fue eliminada.
“Aunque en marzo de 2016 la mayoría opositora en la Asamblea aprobó una reforma de ley, que le permitía volver a tener poder en las designaciones, la reforma fue bloqueada por el Tribunal Supremo de Justicia. Ahora el presidente del BCV es designado por Nicolás Maduro sin control alguno del Parlamento”, recordó la economista Anabella Abadi, de ODH Grupo Consultor.
Maduro aseguró el domingo que Nelson Merentes renunció a la presidencia del BCV y postuló para el cargo a Sanguino, economista de la Universidad Central de Venezuela que ha sido diputado por el estado Táchira desde el año 2000, en representación de la bancada del oficialismo.
En su perfil de Twitter Sanguino se autodefine como “bolivariano y antiimperialista” y en varias entrevistas e intervenciones en el Parlamento ha insistido en que el país es víctima de una guerra económica y que hay sectores empresariales que acaparan y especulan.
“Sanguino siempre ha sido defensor del proceso, desde el seno de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico. Su fidelidad y línea discursiva revolucionaria, creo, fueron claves para la designación”, dice Abadi.
Agrega que con el nombramiento, Maduro continúa “cerrando filas” en los puestos que considera claves. “Parece que el presidente intenta garantizar una configuración de poder de corte madurista”.
Sin cambios. Carlos Miguel Álvarez, economista de Ecoanalítica, coincide con Abadi y descarta que con esta designación se produzcan cambios en el instituto emisor. “Las pocas opciones de cambio en política monetaria y cambiaria se van desvaneciendo poco a poco, dado que los grupos de poder han perdido terreno. Con Sanguino no creo que haya modificaciones en las políticas, lo que veo es un BCV más a disposición del Ejecutivo, que va a seguir con el financiamiento monetario a través de la impresión de dinero y que va a mantener la opacidad de publicación de cifras oficiales”.
Fuentes ligadas al BCV que prefirieron no ser identificadas tampoco creen que haya cambios importantes. Sostienen que el Banco Central seguirá siendo manejado por la directora Sohail Hernández, más radical.