Venezuela durante su intervención en la 107° Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en Ginebra, Suiza, destacó que son innumerables los avances obtenidos en materia del reconocimiento de los trabajadores, con una vocación humanista y solidaria.
José Ramón Rivero, viceministro para el Despacho del Sistema Integrado de Inspección Laboral señaló que en “Venezuela se mantiene las pensiones a los 55 años para las mujeres y 60 años para los hombres, independientemente de las cotizaciones. Nuestras pensiones equivalen a un salario mínimo y se actualizan cada vez que éste aumenta” y exaltó esto forma parte de convicción humanista, solidaria y alejada de intereses egoístas.
Asimismo, resaltó que “son innumerables los avances obtenidos en materia del reconocimiento del trabajo de la mujer, en la disminución de las jornadas y en el diálogo con todos los sectores, entre muchos otros, y estas iniciativas obedecen a un compromiso del gobierno revolucionario con el pueblo”.
Rivero indicó que estos avances se mantienen e incrementan a pesar del sabotaje económico, el bloqueo financiero y las sanciones por parte del Imperialismo norteamericano y sus socios.
El capitalismo: enemigo del trabajador
El viceministro Rivero condenó ante representantes 187 países adscritos a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las medidas coercitivas unilaterales imperiales que atentan gravemente contra los derechos de los trabajadores.“El capitalismo ya no puede resolver ninguna tarea histórica para el beneficio de los pueblos”, sentenció.
Manifestó que la imposición de este modelo económico a través del neoliberalismo y sus medidas inhumanas y guerreristas son una demostración de los enormes recursos de que disponen sus los defensores de este nefasto modelo para tratar de mantener un sistema que ya no puede generar ningún bienestar en términos estratégicos.
“Nada bueno puede salir de procesos impuestos sobre la coacción o la agresión a pueblos enteros. Es necesario alertar sobre el proceso de destrucción del trabajo productivo y las peligrosas tendencias dominantes, que orientan las grandes economías agiotistas hacia inversiones especulativas, las cuales no generan valores agregados ni transforman productos en bienes útiles”, advirtió.