La empresa privada y las universidades se reencontraron el miércoles en Valencia, estado Carabobo, en la Asamblea Anual de Fedeagro, para compartir propuestas sobre “La Venezuela posible”. Coincidieron en que la reconstrucción del país depende de las decisiones que tomen los ciudadanos y de las colaboraciones entre los sectores.
“Se requiere una fuerte alianza entre los sectores productivos y académicos para crear la Venezuela posible”, afirmó Benjamín Scharifker, rector de la Universidad Metropolitana. Dijo que los ciudadanos tienen que elegir si seguir con una sociedad basada en una renta petrolera, en los favores del Estado y confiando en el populismo; o si van a evolucionar hacia una sociedad productiva, en la que cada venezolano sea capaz de procurarse su propio sustento con su trabajo.
Scharifker advirtió que casi toda la población venezolana está dentro del umbral de pobreza por percibir un ingreso menor a dos dólares diarios. El salario mensual de un profesor titular en una universidad pública no llega a diez dólares. El gran reto para Venezuela es formar personas y erigir instituciones sólidas.
Otro de los participantes fue el padre José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello. Se debe trabajar por una educación que incorpore, capacite y forme en valores. “Si algo debemos defender en la Iglesia, en este momento, es tener presencia en la educación. El reto que tiene el país es reconstruirnos como sociedad y reconstruir nuestro norte y nuestro proyecto del futuro”.
Aseveró que el peor drama que sufre el país es su degradación como sociedad. “Venezuela ha sufrido impactos de mucha violencia. Nosotros no podemos permitir que en nombre del hambre, degrademos lo más importante que es el respeto al otro y la posibilidad de convivencia”.
Carlos Larrazábal, presidente de Fedecámaras, también participó en el evento. “En esa Venezuela posible también tenemos que cambiar nosotros. Si queremos ese país de progreso y bienestar tenemos que revisarnos”.
Aseguró que se han creado alianzas y compromisos con la Iglesia Católica, la Conferencia Episcopal y con la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios para articular la reconstrucción del país. “Lo primero que hemos querido desde Fedecámaras es ver cómo les transmitimos a los factores que hacen vida en la sociedad y se vinculan con la actividad empresarial el mensaje sobre la importancia de la empresa privada y de sus principios y valores”, dijo.
Los controles del modelo socialista del siglo XXI han destruido el aparato productivo en todos los sectores. Precisó que el sector de la construcción tiene una caída acumulada en los últimos cinco años cercana a 90%, la del comercio superior a 60% y la industria más de 50%.
El empresario afirmó que el proceso del 20 de mayo no es electoral. “Algunos venezolanos quizás tendrán la opción de votar, pero pensamos que no van a tener la opción de elegir un cambio político. Si ese proceso no se da con los términos que marca la Constitución, con las garantías y la supervisión establecidas, no se va a originar una palabra clave que es necesaria para tener esa Venezuela posible: confianza”.
Indicó que el país saldrá de ese proceso sin la confianza necesaria y con un resultado ya esperado que no permitirá que la situación mejore.