El primer vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra, un ingeniero sin vínculos con los partidos políticos tradicionales, está llamado a presidir Perú tras la renuncia el miércoles de Pedro Pablo Kuczynski, acuciado por sus lazos con Odebrecht.
Después de negarse a asumir el cargo en diciembre cuando el Congreso votó por primera vez la fracasada moción de destitución de Kuczynski, ahora se mostró dispuesto a llegar a la casa de Pizarro, la sede presidencial de Perú, dijo a la AFP una fuente -bajo condición de anonimato- cercana a su círculo íntimo.
Embajador de Perú en Canadá desde setiembre pasado, Vizcarra tendría que completar el mandato de Kuczynski de cinco años, que concluye en julio de 2021, año en el que se cumple el bicentenario de la independencia peruana.
Pragmático, sencillo y austero, sin vínculos con la élite empresarial y los partidos políticos tradicionales, Vizcarra es considerado un tecnócrata político, una mezcla inusual en la escena peruana.
Su perfil es, paradójicamente, su mayor fortaleza en un país donde la clase política está muy desprestigiada y envuelta en escándalos de corrupción. A su favor abona el hecho que no milita en ningún partido político.
“Es mucho más cuidadoso en la administración de su imagen” y “mucho más ubicado políticamente”, estima el analista Fernando Tuesta, agregando que los peruanos apreciarán el contraste entre Vizcarra y Kuczynski.
Vizcarra, que este jueves cumplirá 55 años, fue ministro de Transportes y Comunicaciones entre junio de 2016 y mayo de 2017, cuando renunció para evitar ser destituido por el Congreso, dominado por el partido Fuerza Popular (derecha populista), que lidera Keiko Fujimori.
Siendo ministro sorprendió más de una vez por almorzar junto al personal en el comedor del ministerio, lo que le granjeó simpatías.
Quienes lo conocen resaltan su sencillez y aseguran que es un meticuloso gestor, cuidadoso con el gasto público y un convencido de que el desarrollo empieza por la educación.
– “Sensibilidad social” –
Su primera incursión en política se remonta a 2011, cuando fue elegido gobernador de Moquegua (2011-2014), una región minera del sur de Perú marcada por desigualdades. Uno de sus principales logros fue convertirla en una de las regiones con mayor inversión del PIB en educación.
Nacido en Lima en 1963, su familia emigró a Moquegua cuando era pequeño. Ahí aprendió de política viendo a su padre, un dirigente y alcalde de esa ciudad por el partido socialdemócrata APRA, del expresidente Alan García.
“Mi padre influyó bastante en mi sensibilidad social. Sí la tengo la debo a mi padre”, aseguró Vizcarra en una entrevista.
Su incursión en política se remonta a 2008, cuando lideró en Moquegua una protesta durante diez días contra la minera Southern (del grupo México) y en demanda de una mejor distribución de los fondos sociales que genera la minería para su región.
Aquello sacó del anonimato a este ingeniero civil de la Universidad Nacional de Ingeniería, en Lima, que se ganaba la vida con su empresa constructora.
En 2016 Kuczynski lo invitó ser candidato a la primera vicepresidencia. Vizcarra aceptó tras desechar propuestas del APRA y de la fujimorista Fuerza Popular, señalan sus allegados.
Casado con Maribel Díaz, una maestra de escuela de Moquegua, tiene cuatro hijos. Sus padres lo nombraron en honor al santo peruano Martín de Porres, a quienes se lo encomendaron cuando casi muerte por una complicación pulmonar al poco tiempo de nacer.